Buscar en este blog

martes, 23 de octubre de 2018

Delicias que aderezan el Batey

Un universo de sabores nace desde la década de 1960 en el establecimiento Batey, de Caimito, muy cerca de la Carretera Central. Jugos, mermeladas, salsas, pastas… hasta llegar a 23 productos, salen de las máquinas de esta pequeña industria, aquejada por la obsolescencia tecnológica, pero en activo y con nuevos horizontes por explorar.

Como a todas las de su tipo en el país, el llamado Período Especial la condujo a la búsqueda de otros renglones con tal de continuar su andar. Eso lo sabe muy bien María Luisa Maura tras cuatro décadas de trabajo en el Batey, reincorporada después de la jubilación, pues ya cuenta 70 años. Ha rotado por todos los puestos, excepto operadora de tacho, y ahora es jefa de brigada, aunque prefiere el etiquetado.
“Antes se hacía crema de pollo, espaguetis, frijoles, champiñones, tamal en lata, sopa vegetal y menestra o ensalada de vegetales, entre otros alimentos”.
La falta de insumos les golpea. En cambio, procesan frutas frescas como guayaba, frutabomba, piña para mermeladas o pastas. Elaboran pasta de ajo y de cebolla, y distintos tipos de salsas. Al no tener tachos concentradores, reciben puré de tomate semielaborado de la fábrica de Batabanó, y pulpa de mango, por no contar con tecnología para procesarlo directo.
Así que recurren a material recuperado con tal de instalar una línea para despulpar el mango, asegura Alberto Murgado, jefe del establecimiento, perteneciente a la UEB Doña Delicias, ubicada en San Rafael, entre Lealtad y Campanario, en Centro Habana.
El directivo destacó la entrega de sus casi 50 trabajadores, a pesar del bajo salario de 275 pesos, criticado en asambleas y diversos encuentros. “De ellos 26 ocupan responsabilidades involucradas directamente a la producción; sin embargo, todos asumimos cualquier tarea siempre que sea necesario”.
Murgado es ejemplo de esa disposición, si tenemos en cuenta que lo encontramos vestido como otro obrero más.
Atendiendo a los picos de cosecha, extienden la jornada a los sábados no laborales y a los domingos, con el afán de evitar la descomposición de lo recibido de formas productivas en Artemisa y Mayabeque. De Doña Delicias proceden los envases, el azúcar y otros componentes decisivos en su desempeño.
Este año deben producir 1 100 toneladas. Hasta agosto debían llegar a 813, y completaron 953 para un 117 por ciento (%), unido al consiguiente sobrecumplimiento de las ventas netas en más de dos millones de pesos, según lo calculado al cierre del octavo mes.

“Viaje a la semilla”

Un recorrido junto a Vivian Oliva, Licenciada en Alimentos y jefa de producción, nos permite apreciar la raíz de tantas delicias. “En el cuarto de pesaje se almacenan los insumos de la producción diaria, y en el salón encontramos las líneas de surtidos”, el corazón de la fábrica.
“Para envasar la pasta y los jugos procedentes de la primera línea, fregamos bien las botellas; se esterilizan con vapor, se llenan y sellan manualmente. De ahí van a cestos perforados en los cuales se colocan en baño María, a 45 grados Celsius por 15 minutos”.
En la de mermeladas, salsas y pulpas, poseen tres tachos de precocinado donde se recepciona la fruta molida. De ahí pasan a repasarse en un colador industrial, se trasladan a un tanque receptor con una bomba helicoidal que se encarga de moverlo a los cuatro tachos de cocinado: dos con capacidad de 500 kilogramos cada uno, y los otros dos de 250.
Terminado el producto, asciende a los tachos elevados. Para distribuirlo a granel, se deja enfriar; si no, se envasa a unos 90 grados. Luego las latas reciben enfriamiento a fin de evitar la presencia de microorganismos, se etiquetan y quedan en el área de terminado. A lo largo del proceso se realizan análisis físico-químicos y organolépticos, en aras de garantizar la calidad esperada.

¿Hacia dónde van?

Las producciones van dirigidas a empresas estatales mayoristas y minoristas, como la Empresa Provincial de Elaboración de Alimentos (EPEA), que distribuye a centros sociales de La Habana; la Empresa de Operaciones Logísticas de Artemisa (Epola); a unidades militares y a la red de Comercio de Mayabeque y Artemisa, las que colocan tan gustadas conservas en mercados, ferias agropecuarias (entre ellas la de Artemisa) y otros espacios.
“A la feria del municipio capital hemos llevado nuestros alimentos en envases de pequeño formato, y todos los surtidos gozan de gran aceptación”, sostiene Murgado.
Precisamente la poca disponibilidad de estos recipientes dificulta una venta mayor de conservas: no es lo mismo adquirir un tanque de 200 litros de mermelada, que latas pequeñas o recipientes de cinco galones.
La jefa de producción explica los diferentes formatos que poseen. Colocan la pasta de ajo y de cebolla en cubetas de 10 litros, la salsa para pizzas en latas denominadas número 10, y el resto de las salsas en galones o tanques, de acuerdo con el cliente.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario